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miércoles, 30 de octubre de 2013

El tiempo y su relatividad

Lo que más me gusta del tiempo es que no es real. Está sólo en nuestras mentes. Bueno, es algo útil si quieres encontrarte con alguien en un lugar específico del universo para tomar un té o un café. Pero eso es todo, algo útil. No existe nada como el pasado, existe la memoria. No existe nada como el futuro, existe nuestra imaginación. Si nuestros relojes fueran realmente precisos la única cosa que dirían sería: "Ahora".


Damien Echols. 

domingo, 27 de octubre de 2013

Nirvana

Sin muchas posibilidades, desinhibido de propósitos, había un hombre montado en un autobús que cruzada Carolina del Norte hacia alguna parte y empezó a nevar y el autobús se paró en un pequeño café en las colinas y los pasajeros entraron. Se sentó en el mostrador con los demás, pidió y la comida llegó. La comida era especialmente buena. Y el café. La camarera, a diferencia de las mujeres que había conocido, era natural. Desprendía un humor natural. El cocinero decía locuras. El friegaplatos que estaba al fondo reía. Una buena, inocente y amable risa. El hombre miró la nieve a través del cristal. Quería quedarse en ese café para siempre. La curiosa sensación de que todo era precioso allí, de que siempre sería precioso, le recorrió. Entonces el conductor del autobús les dijo a los pasajeros que ya era hora de volver a subir. El hombre pensó "Me voy a quedar aquí, me voy a quedar aquí". Pero entonces se levantó y siguió al resto de pasajeros al autobús. Encontró su asiento y miró al café a través del cristal. Entonces el autobús se puso en marcha, dio una curva hacia abajo, saliendo de las colinas. El  hombre miró hacia adelante. Escuchó a los otros pasajeros hablando de otras cosas, o leyendo o tratando de dormir. No habían percibido la magia. El hombre puso la cabeza a un lado, cerró sus ojos, fingió que dormía. No había nada más que hacer. Sólo escuchar el sonido del motor, el sonido de los neumáticos en la nieve. 


sábado, 19 de octubre de 2013

My baby blue

Supongo que tengo lo que me merezco. Así empieza una canción que no puedo dejar de escuchar desde hace días. Es imposible sacármela de la cabeza porque sé que contigo tengo lo que me merezco. Estoy en el lugar exacto en el que me he puesto. Pero es eso o coger la puerta e irme sin mirar atrás. No estoy lista para eso. Aún no. 

domingo, 10 de marzo de 2013

The last great american




The beast in me is caged by frail and fragile bars. 
God help the beast in me.

martes, 5 de marzo de 2013

The detachment






Si tengo algo en la cabeza lo digo como lo siento. 
Soy fiel a mí mismo. 
Soy joven, y soy viejo. 
Me han comprado y me han vendido muchas veces. 
Soy impasible. 
Estoy ausente. 
Soy igual que vosotros.



The detachment, Tony Kaye.