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lunes, 30 de mayo de 2011
lunes, 23 de mayo de 2011
Yo, me niego
viernes, 20 de mayo de 2011
Lo llaman democracia y no lo es
jueves, 19 de mayo de 2011
La Revolución Española

miércoles, 18 de mayo de 2011
Otro mundo es posible
MANIFIESTO “DEMOCRACIA REAL YA”:
Somos personas normales y corrientes. Somos como tú: gente que se levanta por las mañanas para estudiar, para trabajar o para buscar trabajo, gente que tiene familia y amigos. Gente que trabaja duro todos los días para vivir y dar un futuro mejor a los que nos rodean.
Unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores. Unos creyentes, otros no. Unos tenemos ideologías bien definidas, otros nos consideramos apolíticos… Pero todos estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico y social que vemos a nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros… Por la indefensión del ciudadano de a pie.
Esta situación nos hace daño a todos diariamente. Pero si todos nos unimos, podemos cambiarla. Es hora de ponerse en movimiento, hora de construir entre todos una sociedad mejor. Por ello sostenemos firmemente lo siguiente:
- Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.
- Existen unos derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas sociedades: derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal, y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida sana y feliz.
- El actual funcionamiento de nuestro sistema económico y gubernamental no atiende a estas prioridades y es un obstáculo para el progreso de la humanidad.
- La democracia parte del pueblo (demos=pueblo; cracia=gobierno) así que el gobierno debe ser del pueblo. Sin embargo, en este país la mayor parte de la clase política ni siquiera nos escucha. Sus funciones deberían ser la de llevar nuestra voz a las instituciones, facilitando la participación política ciudadana mediante cauces directos y procurando el mayor beneficio para el grueso de la sociedad, no la de enriquecerse y medrar a nuestra costa, atendiendo tan sólo a los dictados de los grandes poderes económicos y aferrándose al poder a través de una dictadura partitocrática encabezada por las inamovibles siglas del PPSOE.
- El ansia y acumulación de poder en unos pocos genera desigualdad, crispación e injusticia, lo cual conduce a la violencia, que rechazamos. El obsoleto y antinatural modelo económico vigente bloquea la maquinaria social en una espiral que se consume a sí misma enriqueciendo a unos pocos y sumiendo en la pobreza y la escasez al resto. Hasta el colapso.
- La voluntad y fin del sistema es la acumulación de dinero, primándola por encima de la eficacia y el bienestar de la sociedad. Despilfarrando recursos, destruyendo el planeta, generando desempleo y consumidores infelices.
- Los ciudadanos formamos parte del engranaje de una máquina destinada a enriquecer a una minoría que no sabe ni de nuestras necesidades. Somos anónimos, pero sin nosotros nada de esto existiría, pues nosotros movemos el mundo.
- Si como sociedad aprendemos a no fiar nuestro futuro a una abstracta rentabilidad económica que nunca redunda en beneficio de la mayoría, podremos eliminar los abusos y carencias que todos sufrimos.
- Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro.
Por todo lo anterior, estoy indignado.
Creo que puedo cambiarlo.
Creo que puedo ayudar.
Sé que unidos podemos.
Sal con nosotros. Es tu derecho.
Si tú también estás indignado, como yo, como millones de personas en este país, pásate por aquí: http://democraciarealya.es/ y contágiate de este espíritu de cambio que está invadiendo nuestra sociedad.
domingo, 15 de mayo de 2011
sábado, 14 de mayo de 2011
miércoles, 11 de mayo de 2011
Dios bendiga a las peluqueras

Hoy voy a arrojarme al vacío y voy a confesar uno de mis mecanismos de defensa más primarios, me imagino que cada uno tiene los suyos para protegerse de las zancadillas que nos pone el mundo. Cada vez que siento el frío puño de acero de la realidad en mí, corro a la peluquería más cercana como alma que lleva el diablo y pido cita para cortarme el pelo. Como podéis ver, es un mecanismo simple, pero efectivo. Funciona como si con cada tijeretazo cercenaran cada uno de los problemas que pueblan mi cabeza. Como si la persona que se sienta con el pelo recién lavado no fuera la misma que se levanta con un nuevo look. A veces me sorprendo de lo simple que puedo llegar a ser. La última vez que me llevé un desengaño me dio por teñirme el pelo. Es como si me dijera a mí misma: “No pasa nada, no te asustes, no han acabado contigo”.
Cada vez que lo hago confío en que esos cambios externos contagien a mi cerebro y este tenga que darse prisa por recuperar la simetría interior. ¿Cuántas veces me habré sentado a merced de la peluquera en lugar de sentarme a llorar en un rincón? Podría decirse que la peluquera hace las veces de terapeuta conmigo, aunque ella nunca lo sabrá. Ni nadie, porque para los demás el único problema que tengo es el del saneamiento de las puntas.
Y por todas esas veces que he usado mi pequeño truco en lugar de ir a cometer un homicidio con premeditación y alevosía quiero gritarle al mundo: ¡Dios bendiga a las peluqueras!
martes, 10 de mayo de 2011
La gran vida
lunes, 9 de mayo de 2011
Maldita maldición

Si sigo dejándome arrastrar por las nostalgias no sé qué será de mí. A veces pienso que no sé dejar que el pasado sea eso: pasado. Siempre mirando atrás, siempre recordando momentos, discusiones, palabras que pude haber dicho o que pude haberme callado. Todos esos recuerdos me tienen maniatada, me oprimen el pecho y siento como oscurecen cada uno de los rincones de esta habitación mientras suena Johnny Cash, que con su voz rasgada y cansada, me arrulla y me adormece. No consigo dejar de repasar los últimos encuentros. Me visto de dolor y tomo decisiones desacertadas con la única intención de traerte de vuelta. Aunque mienta a mis amigos y a veces a mí misma, diciendo que te odio y que no quiero volver a verte.
Maldita nostalgia y maldita melancolía. Maldita cabeza mía que no es capaz de sacudirse el polvo y ver lo que tiene a su alrededor. Maldito tú, maldita yo, maldito el nosotros que una vez fuimos.
sábado, 7 de mayo de 2011
Billete sólo de ida

Hace dos horas que me subí a este autobús y lo único que hago es pensar en ti. Me dejo arrastrar por las gotas de lluvia que poco a poco pueblan el cristal e intento aferrarme a este vacío que dejaste en el centro de mi caja torácica. Me repito a mí misma que no es justo porque, teníamos tanto que perder, asumimos tantos riesgos, que creí que al menos obtendría una gran historia, algo más que esta columna de humo que ocultó cuatro o cinco encuentros nerviosos y desesperados.
Pero todo eso ya es pasado, lo sé. Disfruto de esta melancolía porque sé que en cuanto me baje de este autobús y ponga un pie en Madrid quemaré todos los puentes que me unen a ti y desaparecerás para siempre. Estoy dispuesta a recuperar mi vida y tal vez dentro de poco me sorprenda a mí misma no soñando contigo, y tu nombre ya no me pondrá la piel la gallina.
Diría que ha sido un placer pero estaría mintiendo, así que sólo te diré adiós. Aunque ni siquiera te molestes en darte cuenta de que me he ido.
jueves, 5 de mayo de 2011
En el camino

Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un "¡Ahhh!".En el camino - Jack Kerouac
lunes, 2 de mayo de 2011
No estaba muerto, estaba de parranda
No soy portadora de noticias nuevas a estas horas del día cuando os digo que Osama Bin Laden ha muerto. El mismísimo Obama lo ha declarado ya oficialmente. Nadie ha visto el cadáver, aunque hoy mientras comía, en uno de los muchos (des)informativos españoles mostraban una foto asquerosa de un muerto, con un letrero debajo que decía tranquilizadoramente que era un montaje, lo cual no hacía la instantánea más agradable a la vista, la verdad. Tendremos que creernos las buenas nuevas, al grito de “¡¡U-S-A!!”. Las últimas noticias es que ya se ha hecho hasta un análisis de ADN que confirma que es el mismísimo líder de Al Qaeda. Hay que ver que rapidez, pero si en el ‘Diario de Patricia’ (ese ilustre programa que retrata mejor que Galdós la sociedad española) tardan al menos una semana en dar el resultado de ese tipo de pruebas. Pero ya sabéis que en América todo tiene un ritmo diferente.
Yo le daba vueltas al asunto, siempre con la mosca tras la oreja cual sabueso, pensando en cómo plasmarlo en un post sin resultar monótona, teniendo en cuenta que mi última entrada también poseía una temática militar estadounidense. Salí a dar una vuelta con mi perro, y mientras paseaba encontré la respuesta a mis plegarias. Al pasar al lado de la terraza de un bar de esos de barrio que podría llamarse “Bar Manolo” o “Bar Pepe”, vi a un grupo de jubilados, de esos de palillo en la boca y chato de vino en la mano. Charlaban muy animadamente y, cuál fue mi sorpresa al comprobar que hablaban del tema estrella de hoy. Uno de ellos, rodeó a otro por los hombros y dijo: “Dicen que van a enterrar al Bin Laden en la huerta de Tomás, que da muy buenos huesos de gallina”. No pude evitar sonreír, porque después de todos los puntos de vista idénticos sobre los que he leído o he visto en la televisión sobre el asunto, al fin alguien lograba darle un giro.
Osama Bin Laden ha muerto y el mundo sigue girando. Gracias a Dios que aún tenemos sentido del humor para no marearnos en uno de esos giros del destino.
Arcadas dominicales
A veces, cuando por casualidad, me veo inmersa en una conversación sobre el nazismo y la Alemania nazi, suelo apuntar siempre lo mismo. Lo que verdaderamente me produce estupor y asco a partes iguales no es la persona de Hitler (que sin duda alguna fue un cabronazo sin alma y con un, bajo mi punto de vista, tremendo complejo de inferioridad debido a que tenía micropene y/o disfunción eréctil). Lo que verdaderamente me da escalofríos son sus subordinados, las juventudes de las SS, los soldados, los miembros del Tercer Reich, todos aquellos que perpetraron con sus propias manos los asesinatos y torturas de pobres seres humanos con el único delito de profesar una religión concreta. Porque dudo mucho que el cobarde de Hitler llegara a matar en su miserable vida a un solo judío. No le hacía falta, tenía millones de adeptos dispuestos a hacer el trabajo sucio. Es esa faceta del ser humano la que me inquieta, la posibilidad de que una persona normal, que podría ser tu vecino, acabe tratando a personas como a la peor basura disfrutando con su asesinato y humillación, en muchos casos, póstuma. Bien, esa es mi postura sobre el tema de la vileza humana. Creo que ha quedado clara.
Hoy domingo, después de zapear por todos los canales sin encontrar más que mierda digital terrestre, decidí apagar la televisión y ponerme a leer. Mientras comíamos mi padre me había dicho: “¿Has leído el reportaje de la Rolling Stone? Va sobre unos soldados americanos en Afganistán, menudos cabrones”, así que abrí la revista y me encendí un cigarro en busca del reportaje recomendado. Está firmado por Mark Boal, que ganó el Oscar en 2010 por la película ‘En tierra hostil’, más o menos con la misma temática militar y su lado oscuro. En líneas generales, hablaba sobre cómo durante la guerra de Afganistán, una división del ejército estadounidense había perpetrado una serie de crímenes contra civiles afganos inocentes, solamente porque estaban cabreados, asqueados, aburridos, fumados y, por una mezcla de todo ello, sentían odio por la población de ese país, ya fueran insurgentes o no. Sus mandos sabían lo que estaba pasando, y toda la compañía conocía que muchos soldados salían a asesinar civiles inocentes solamente por diversión. Pero todos miraban hacia otro lado, al fin y al cabo había algo que mantenía la moral de las tropas. Para que podáis comprender el grado de salvajismo os cito un pasaje del artículo: “Los miembros de la compañía Bravo comenzaron a hablar incesantemente sobre matar a afganos. Una idea, propuesta medio en broma, era tirar caramelos desde un Stryker cuando pasaran por un pueblo y disparar a los niños que corrieran a cogerlos. Según un soldado, también hablaron de otra posibilidad, en la que tirarían dulces enfrente y detrás del Stryker, y luego atropellarían a los niños con el vehículo”. Todo el reportaje detalla la clase de acciones que cometían, y otras como (disculpad mis pocos escrúpulos) la anécdota de que, después de cometer los asesinatos, uno de los sargentos se llevaba de recuerdo los dedos de sus víctimas, además de hacerse fotos orgullosos con los cadáveres, con los dedos formando el símbolo de la victoria, o de la paz, que recuerdan mucho al bochornoso escándalo de Abu Ghraib (recomiendo el documental ‘Taxi to the dark side’).
Todo lo que leía no hacía más que recordarme a aquellos soldados de las SS que tanto asco me producen, y que tanto horrorizaron durante generaciones a la sociedad mundial. Son soldados americanos de los que trata el reportaje de Boal, pero estoy segura de que podrían ser soldados de cualquier ejército de mundo. El ser humano es una raza cruel, lo fue durante la Segunda Guerra Mundial, lo fue en los gulags siberianos, lo fue en Hiroshima y Nagasaki, en Afganistán, en Bosnia, en Ruanda, en Irak, y todo apunta a que lo será en Libia.
Miré a través de la ventana y me quedé mirando la lluvia caer. ¿Cómo es posible que tanta maldad se pueda concentrar en un cuerpo, en miles de cuerpos de personas que poseen tanta bestialidad que no merecen ser llamados ni siquiera “bestias”?¿Qué clase de sociedad permite que ocurran esa clase de cosas?¿Por qué se han convertido en acciones comunes?
Dí una calada más a mi cigarro y un pensamiento cruzó mi mente: no me extrañaría en absoluto que en el 2012 la Tierra acabara con la humanidad en uno de esos asesinatos-suicidios, porque debe estar pensando que está siendo gobernada por asesinos desalmados. Yo también lo pensaría.